AMOR BUENO VS AMOR MALO
Como dice Alex Rovira, en su ensayo Amor, –que os recomiendo-; la vida consiste en amar y en crear algo, ambas acciones suponen una experiencia de alegría, bienestar y realización.
Todos necesitamos amar y ser amados, nos gusta compartir, somos seres de encuentro. Sin embargo, muchos, lo hemos intentado y hemos experimentado el fracaso en el amor en más de una ocasión.
Lo que a continuación se expone sirve para todos los amores adultos: amistad, familia, compañeros de trabajo, aunque tengo que decir que el artículo tiene motivación y vocación de amor de pareja.
Vamos a entrar en materia; dando por hecho, que dos personas coinciden en momentos vitales en los que están dispuestas a compartir un amor y construir una relación romántica con proyección hacia el futuro que sea satisfactoria y nutritiva para los dos.
¿Qué es lo que hace que se fracase a pesar de compartir esa idea y sentimiento?
Como punto de partida, el fracaso en el amor se da cuando no se logra superar el conflicto y los episodios complicados y dolorosos, asociados a cualquier relación.
Entonces la pregunta es, ¿por qué no somos capaces de superar el conflicto, si ambos estamos interesados en ello? Nos compensaría, y podríamos disfrutar de esta oportunidad de amor y felicidad.
Aquí intervienen dos factores que están relacionados, la madurez y las habilidades personales y sociales con las que cada cual llega a la interacción con el otro.
Concretando, para poder amar, como acto de dar, que a su vez es recibir, se han de superar la dependencia y el narcisismo, y conquistar el coraje y la confianza en las propias capacidades. Si no se dan estas cualidades, el miedo a darse impide amar.
La buena noticia es que la propia experiencia del amor puede ayudarnos a conquistar el coraje y la confianza, es decir, te puede ayudar a quererte más y mejor a ti mism@, siempre que el miedo no te gane la partida. Pasa a la acción y después llegará la confianza, nunca a la inversa, promueve así el bucle divino donde todos ganamos.
En realidad, con el amor no basta, los mitos del amor incondicional, la media naranja,…., plantean una idea irreal e ingenua del amor. Sin embargo, yo me atrevo a decir que si hay amor, y añadimos flexibilidad y una actitud de aprendizaje y mejora continua, si bastaría.
Nunca vamos a estar preparados para todas las sorpresas y contingencias que la vida nos plantea, siempre surgirán dificultades personales y de pareja, sin embargo, podemos decidir afrontar con valentía y optimismo cada situación, viviéndola como un reto y poniendo el foco en lo que nosotros podemos hacer al respecto, utilizando los aspectos en común y positivos de la relación como palancas de evolución individual y compartida.
Con este enfoque, los episodios dolorosos no sólo se van superando y cerrando, sino que además sirven para fortalecer la relación, de esta forma, se avanza juntos. Es decir, hemos vivido el conflicto como una oportunidad, en lugar de como un problema.
En una relación de amor, por un lado, hemos de ser capaces de interesarnos por cómo hacemos sentir al otro, preguntar si hemos dicho o hecho algo que le haya dañado o si hemos dejado de hacer algo que le hubiera hecho sentirse feliz y reconocid@.
A su vez, también hemos de ser capaces de comunicar nuestras necesidades, nadie está en nuestra cabeza y tampoco somos adivinos. Explicar claramente que es importante para ti, qué echas de menos y qué cosas te hieren; superando susceptibilidades derivadas de la propia inseguridad.
Además, hay elementos que son fundamentales e intrínsecos a una relación de amor que han de estar presentes, las acciones, los gestos de cariño, la sexualidad, las palabras de afecto y el tiempo de experiencias compartidas.
En la obra, El arte de amar de Eric From, el autor señala cuatro elementos interdependientes necesarios para el amor: responsabilidad, respeto, cuidado y conocimiento del otro. También habla de la intimidad, entendida como el espacio donde nos sentimos uno los dos, un mundo compartido, único, que se crea entre ambos y que nos conecta, siendo ésta una de las experiencias más estimulantes de la vida.
Este mundo compartido se construye gracias a una comunicación de calidad que permite el conocimiento y la comprensión mutua. En este mundo de los dos, los egos han de tener la entrada prohibida y así, las autoestimas estarán a salvo y aumentando.
Hay un elemento fundamental de la comunicación, la famosa empatía, que muchas veces no llega siquiera a simpatía o amabilidad. Esta habilidad es clave para la comprensión del otro, paso previo que no puede faltar para disfrutar del amor bueno.
Para empatizar y comprender al otro hay que abandonar por un tiempo tu mundo y sumergirte en el mundo del otro, entender desde donde hace o no hace y cómo vive e interpreta las situaciones, es decir, se trata de conocer a tu pareja a través de una escucha activa y entregada, pero esto a su vez, depende de cómo nos conozcamos a nosotros mismos.
Si a lo largo de la vida no hemos sido capaces de cuestionarnos, reflexionar, hacer autocrítica y haber aprendido de nuestros errores y fracasos difícilmente podremos empatizar con nadie, ya que tampoco lo hemos hecho con nosotros mismos, es decir, no nos conocemos, y respondemos desde el automatismo y el condicionamiento.
En estas condiciones la conducta es reactiva, no hay una respuesta elaborada en función de la situación y los objetivos compartidos.
Desde la reactividad, es inevitable; cada cual da lo que tiene, si tienes amor, generas más amor, alegría y confianza, en este caso, se contribuye a una experiencia enriquecedora más allá de la dificultades que puedan haber o surgir; pero si hay resentimiento y/o miedo, y lo más probable es que no se tenga conciencia clara de ello, generas frustración y desconfianza. La solución pasa por tomar conciencia: observarse con amabilidad y hacer autocrítica constructiva para comenzar un proceso de evolución personal.
«Ningún problema puede ser resuelto por el mismo nivel de conciencia que lo creó»
Albert Einstein
La reactividad nos lleva a un escenario duro y cruel con respecto a los sentimientos y el amor, al no conocerte lo suficiente y funcionar de forma inconsciente no te das cuenta de lo que suponen tus reacciones, palabras, gestos,…, para la persona que te ama, incluso no tendrás claro hasta qué punto esa persona es, o no, importante para ti, y tampoco si tu propuesta de amor se basa en la necesidad, la lucha de poder o en la complementariedad (Antoni Bolinches).
Además, cuando quien te ama quiera comunicar lo que le daña o molesta a ti te sonará a chino, y no comprenderás sus necesidades, estamos en un escenario de sufrimiento y frustración, estamos en el amor malo.
El actual momento social, postmoderno y hipster, no ayuda en absoluto, ya que pone en el centro de todo lo estético, el diseño, la moda y hasta el modelo de personalidad que hay que exhibir para ser popular. El peligro y el engaño está en trabajar tu imagen en lugar de tu identidad, en cumplir con la tendencia o moda en lugar de desarrollar tu autenticidad. Cuanto más haces esto, más te desconectas de ti mism@, menos te conoces y menos puedes comprender y conectar con quien amas y te ama.
Estar actualizados en términos de aspecto tiene su importancia, pero darle más valor frente a tu evolución y desarrollo personal es un grave error que tiene consecuencias más allá del fracaso en el amor, ya que antes o después te llevará a escenarios muy duros de crisis personal. De tanto trabajar el «personaje» te olvidas de saber quién eres, qué representas y qué quieres, cuestiones estas fundamentales para conducirte eficientemente por la vida y el amor.
Si le preguntas a alguien que describa a su pareja ideal, las cualidades de la persona con la que le gustaría disfrutar del amor, casi todo el mundo tiene la respuesta bien clara, sin embargo quizá no tenemos tan claro qué cualidades ofrecemos nosotros al otro, qué habilidades y actitudes nos hemos trabajado para ser capaces de aprovechar la oportunidad del amor.
Es importante recordar que cada cual hace lo que puede, no hay que tomarse nada a título personal, ni demonizar o culpar al otro, pero lo que si hemos de ofrecer y nos tiene que ofrecer nuestra pareja es la opción de expresarnos y escuchar en los términos aquí descritos, reflexionar y hacer autocrítica.
Una de las actitudes más hostiles es, de una formar u otra, boicotear la opción de que el otro se exprese libremente y sean tomados en serio sus sentimientos. El mensaje que se envía es: «esto son lentejas, si quieres las tomas y sino las dejas», estamos condenando la relación. Siempre será necesaria una comunicación sin ambigüedades y zonas oscuras, abierta y honesta, sin la misma no será posible nada.
En el amor malo el estrés que provoca la situación acabará dañando tu salud. No queda más remedio que salir y dejar atrás la oportunidad de amor con todo el dolor que esto supone, sino lo haces, el amor malo acabará destruyéndote.
Si no te quieres a ti mism@, no puedes percibir y creer en el amor de nadie hacia ti. Desde este no amor hacia ti, estás en la desconfianza y continuamente evalúas la conducta del otro fiscalizando y exigiendo «pruebas de amor» o señalando «contrapruebas», colocando así a tu pareja en la posición de «presunt@ culpable».
Esto conduce a un bucle infernal de desconfianza-control que se saca lo peor del otro. Desde este enfoque se cumple la profecía inconsciente: «no me quiere», y se dinamita la relación. Se ha producido, para mal, el efecto Pigmalión. Ya sabes, lo que crees creas, elige bien: MIEDO o AMOR. ¿Qué bucle quieres para ti?
Nadie venimos enseñados a este mundo, se trata de asumir la responsabilidad de lo que sucede en nuestra vida, salir del modelo víctima-culpable y ponerse manos a la obra para aumentar nuestro nivel de consciencia sobre lo que pasa tanto dentro, como fuera de un@ mism@.
«Nunca se puede obtener la paz en el mundo externo hasta que hagamos la paz con nosotros mismos»
Dalai Lama
Es necesario un ejercicio de humildad, introspección y valentía, aceptar el periodo de confusión e incertidumbre hasta alcanzar la claridad de un nuevo aprendizaje que nos permita salir exitosos y reforzados del conflicto lógico de una relación de amor.
Esto es lo que hace crecer a ambos y aumentar progresivamente las posibilidades de ampliar la experiencia de amarse y disfrutar de lo que en esencia somos, AMOR. Sin duda, la oportunidad de amor bien vale el esfuerzo.
De hecho, no existe el amor malo. Si la relación no suma, no te hace feliz y satisface en términos generales, sino te sientes apreciad@ y no hay reciprocidad, por contra, sólo te señalan la falta en lugar de la virtud; y permaneces ahí, esperando y acumulando daños, entonces lo que hay que revisar es cómo te quieres a ti mism@.
Todos merecemos disfrutar del amor, no dejes de hacer lo necesario para lograrlo, cultiva tu capacidad para amar, de esta forma además, te estarás queriendo bien a ti mism@. Empieza por enamorarte cada día de ti, ver lo bueno que hay en ti, al tiempo que descubres, te rebelas y cambias los aspectos de ti que te impiden aprovechar y disfrutar la oportunidad del amor.
Este texto es fruto del despertar temprano de una noche sumergida en un necesario proceso de reparación y aprendizaje. Un acto de amor conmigo mismo y con tod@s aquell@s a los que consiga conmoveros y replantearos algo sobre como amamos y nos aman.
Si sientes que quieres trabajarte, conocerte y empezar a ganar control sobre todos los aspectos de tu vida y disfrutar del amor bueno tienes una oportunidad con el taller Experiencia Reiníciate que celebraremos próximamente.
Si después de leer este artículo te pide el cuerpo compartir alguna idea, experiencia o reflexión… Hazlo y aprendamos todos juntos.