¿Dónde está el control de tu vida?
Es algo que todos queremos conseguir, ya desde niños queremos hacer lo que queremos hacer y no siempre lo que nos impone papa y mama.
Lo natural es tender a controlar nuestra propia vida, a gobernarnos a nosotros mismos, ser nosotros los que nos auto-administremos, los que tomemos las decisiones que influyen directamente sobre el camino que vamos recorriendo, con el derecho implícito a acertar, a equivocarnos y rectificar, y a mejorar con la práctica y la suma de experiencias.
Como digo, es una tendencia natural, desde que nacemos, momento en el que más dependientes somos, momento en el que hace poco que empezaron a desarrollarse nuestros valiosos recursos internos, y sin embargo, ya queremos decidir por nosotros mismos.
Progresivamente a medida que crecemos nuestra familia o tutores ejercen menos control sobre nosotros dotándonos de más autonomía y poder de decisión, en definitiva de más libertad. Por ejemplo, un buen día tu padre ya no te pone hora para regresar a casa, deja esta decisión en tus manos completamente. Esta es la buena noticia.
Como no podía ser de otra forma a cambio hay una contraprestación, la otra cara de la moneda, el complemento que equilibra la idea de control sobre tu vida. En este caso la conocemos por la palabra responsabilidad. Esto quiere decir, que si las decisiones son tuyas, las consecuencias de las mismas para ti mismo y para los demás son cosa tuya también.
Por tanto, haciendo un ejercicio de lógica, cada vez que eludimos o esquivamos o no asumimos responsabilidades estamos perdiendo libertad, autonomía, independencia, control y gobierno sobre nosotros mismos y algo muy importante capacidad de acción, al no aceptar la responsabilidad te inhabilitas para la acción, que es lo que permitirá reconducir los acontecimientos en caso de ser necesario.
Tampoco conviene excederse en las responsabilidades que asumimos, son ni más ni menos las que dependen directamente de tu acción o dejación, hay muchas personas que quieren colgar sus responsabilidades en otros, esto hay que detectarlo cuanto antes y no permitirlo, igualmente hay que evaluar un compromiso, lo que supone, y responsablemente decir no, o si, teniendo en cuenta lo que implica.
“Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla”
Sigmund Freud
El gran filósofo Aristóteles, discípulo de Platón, dijo que el ser humano es un animal social, y habló de un «punto medio de justo equilibrio entre dos extremos» que cada persona debía buscar. Para el caso de este artículo esta idea de Aristóteles es muy adecuada, el punto medio sería diferenciar claramente lo que sí depende de nosotros y lo que no depende de nosotros, es decir, lo que es o no responsabilidad nuestra.
A continuación voy a enumerar una serie de ejemplos que te ayudarán a tomar conciencia de dónde está el control de tu vida, y digo dónde, pudiendo ser los lugares posibles dos, o dentro de ti o fuera de ti, o tienes tú el control o lo tienen diferentes personas según la situación en la que estés.
Si te identificas con las siguientes conductas verbales, enhorabuena, me alegra comunicarte que gobiernas tu vida y que te estás habilitando para actuar e influir en ti mismo y consecuentemente también en los demás, en caso contrario, te animo a que te propongas como prioridad en tu vida revertir la situación:
- Lo siento
- Me he equivocado
- He cambiado de opinión
- Eso no se hacerlo
- Necesito ayuda
- ¿Por qué me siento así con esta persona?
- ¿Por qué me vienen estos pensamientos en esta situación?
- ¿Por qué he reaccionado de esta manera?
- Voy a buscar soluciones alternativas
- No te preocupes, yo me encargo
- Vale, voy a tomarme tiempo para pensarlo
- Eso ha sido cosa mía, el/ella no merece reprimenda alguna
- Me gustaría, pero no puedo comprometerme
- No gracias, eso preferiría hacerlo yo mism@
- En estas condiciones no puedo asumirlo, me veo obligad@ a retirarme
- ………………..
Estos son algunos ejemplos que espero te ayuden.
Todo lo que nos sucede y no nos sucede tiene su origen en uno mismo, en lo que hacemos y no hacemos, en las decisiones que tomamos o no tomamos. Salvo excepciones que confirman la regla, esta es una afirmación-creencia responsable y empoderadora con la que conviene contar.
“Ya sabes, toma el control de tu vida, ASUME LAS CONSECUENCIAS Y CONCÉDETE EL PODER DE ACTUAR”